Hoy, día 4 de abril de 2020, ha sido un día especialmente triste: ha muerto Luis Eduardo Aute. Quizás no lo conozcáis, quizás sí a través de vuestros padres. Con él se va un referente de la cultura y de la música para varias generaciones que lo hemos escuchado y seguido. Alguien lo ha calificado como un artista completo, al modo de los renacentistas: era músico, poeta, escultor, dibujante, pintor y llegó un momento en su vida en que decidió, quizás por consejo de sus amigos, cantar sus propias composiciones musicales, aquellas que hacía para otros. Con lo que también se hizo cantante de sus propias composiciones. No tenía una gran voz, pero sí le daba a sus canciones esa especie de magia que necesitan para llegar al corazón y al alma de las personas. Su música y sus canciones son un canto a la vida, un canto al amor. Aute era un enamorado de la cultura, del cine, de la literatura, y del compromiso de vivir.
Según decían los antiguos griegos, mientras el recuerdo de una persona se mantenga vivo, esa persona continuará viviendo. Y Aute continuará vivo en la memoria de sus seguidores cada vez que escuchemos sus canciones, cada vez que recordemos aquel día maravilloso en un concierto suyo, cada vez que recordemos sus palabras dulces y a la vez comprometidas y luchadoras.
Vamos a escuchar dos temas suyos, uno es muy famoso, Al alba, que se convirtió en un himno contra la pena de muerte, escrito contra las últimas ejecuciones del franquismo el 27 de septiembre de 1975; el otro es Vailima, bello recorrido por los libros y escritores de aventuras de la Literatura Universal. ¡Vaya todo por ese mago de la palabra que es Aute!